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A falta de tormentos, se avecinan dos eclipses sobre Estados Unidos.


Tal como lo predijimos públicamente desde al menos el año 2016, tras la gran conjunción de Júpiter y Saturno en Acuario ocurrida el 21 de diciembre de 2020, el mundo debía entrar en una descarrilada espiral de locura, desorden, fanatismo y violencia. Lo que hemos visto hasta la fecha es sólo el prólogo de una larga novela de conflictos y chifladuras orquestadas por políticos abyectos repartidos equitativamente a lo largo y ancho del globo terráqueo, fuertemente respaldados por hordas de borregos completamente trastornados y carentes de conciencia moral. Ellos serán el pasto seco sobre el que la casta de desalmados al poder encenderá la hoguera con la que van a incinerar el mundo que conocíamos. Lo de Rusia y Ucrania, como lo de Palestina e Israel, es sólo un primer bocado de toda la barbarie y la maldad que se ha concentrado en el alma de millones de seres humanos a lo largo de estos años. Lo advierto porque se avecinan dos potentes eclipses solares que atravesarán de lado a lado Estados Unidos en un plazo brevísimo.


Este sábado 14 de octubre a las 13:59 hora de Washington DC, tendremos la completitud del primero, de carácter anular, a los 21°07’ de Libra. Seis meses después, el lunes 8 de abril de 2024 a las 14:17 horas, se perfeccionará un eclipse solar total a los 19°23’ de Aries. Ambos conos de sombra se cruzarán sobre San Antonio, Texas, la séptima ciudad más poblada del país. El primero anuncia un desequilibrio macroeconómico por crisis de la deuda y descalabro con el dólar, fruto de la irresponsabilidad de los emisores, banqueros y especuladores. El segundo es augurio de la decadencia del poderío norteamericano y del declive político de su primer mandatario. Estos signos sólo potencian más todavía la próxima hegemonía global de China, verdadera ganadora subrepticia de los distintos conflictos bélicos en curso. El 5 de noviembre de 2024 se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Junto con el sombrío panorama que se extenderá sobre la Casa Blanca tras los comicios, retrocederá aún más la histórica supremacía del país.

Tristemente es la brutalidad de la guerra lo que aplaca el desborde y la desmesura de las masas, no el diálogo racional ni la diplomacia de los acuerdos. La turba quiere beber sangre pero, en su estupidez habitual, ignora que antes de acabar la copa se ahogará en la incontenible hemorragia de sus propias vísceras. El futuro régimen de estilo asiático, que se alzará como cultura dominante en la gran mayoría del orbe, traerá consigo el control panóptico, la restricción de libertades, una importante pérdida de garantías jurídicas, la destrucción progresiva de la clase media y un aguda crisis en la disponibilidad de alimentos, energías y materias primas que, a largo plazo, hará disminuir paulatinamente la población mundial por efecto de la escasez general. La salud mental experimentará deterioros graves, tanto como la ya escasa moralidad de la gente. Y mientras critican severamente a los políticos que ellos mismos han elegido, actuarán igual o peor que éstos en su pequeña y mezquina vida privada.

Para concluir no está de más recordar la aguda y certera frase de Aparicio Fernando de Brinkerhoff, falsamente atribuida a Gandhi: “Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados”.


Publicado el lunes 9 de octubre de 2023.

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